LOS JUEGOS QUE JUGAMOS: Navegando las Reglas No Dichas de la Atracción
- @franciscojtovar
- May 4
- 3 min read

Photo courtesy of Vera Arsic
"Las mujeres pueden mostrar un compromiso intenso seguido de una distancia repentina, dejando a la otra persona en un estado de confusión y anhelo."
Las etapas iniciales del interés romántico a menudo se sienten como navegar una danza compleja, llena de reglas tácitas y señales sutiles. Es probable que todos hayamos encontrado o incluso participado en comportamientos que, aunque quizás destinados a despertar la atracción o evaluar el interés, pueden sentirse como maniobras estratégicas. Consideremos algunas de estas dinámicas comunes y cómo se manifiestan tanto en mujeres como en hombres.
La noción de hacerse el/la "difícil" es un tropo familiar. Para las mujeres, esto podría implicar una respuesta tardía a los mensajes o un fingido aire de desinterés, con el objetivo potencial de aumentar el valor percibido y probar la persistencia de la otra persona. Curiosamente, los hombres a menudo exhiben un comportamiento similar, quizás actuando con indiferencia o sin corresponder inmediatamente al interés, posiblemente como una forma de parecer deseables o independientes, o incluso imitando las tácticas femeninas percibidas. El peligro radica en la mala interpretación; lo que se pretende como intrigante puede percibirse fácilmente como desinterés genuino, lo que provoca que la otra persona se retire.
Otra dinámica común es el enfoque "frío y caliente". Las mujeres pueden mostrar un compromiso intenso seguido de una distancia repentina, dejando a la otra persona en un estado de confusión y anhelo. Esta puede ser una forma de mantener el control o reflejar una incertidumbre interna. Los hombres también son conocidos por este patrón, prodigando atención a alguien solo para volverse inexplicablemente distantes. Esta inconsistencia puede ser profundamente inquietante, fomentando la ansiedad y una concentración obsesiva en descifrar las señales cambiantes. Independientemente del género, este tira y afloja rara vez establece una base saludable para la conexión.
Sorprendentemente, el conflicto a veces puede entrar en las primeras etapas de conocer a alguien. Las mujeres podrían iniciarlo criticando o no estando de acuerdo en puntos menores, quizás probando subconscientemente cómo la otra persona maneja el desacuerdo y su compromiso emocional. Los hombres también pueden ser instigadores, desafiando opiniones o volviéndose sutilmente argumentativos, posiblemente como un intento equivocado de afirmarse o evaluar la compatibilidad a través del debate. Sin embargo, un patrón constante de provocar peleas puede ser una señal de advertencia significativa para la dinámica futura de la relación.
Las observaciones de Nora Vincent, quien vivió famosamente como hombre durante 18 meses, ofrecen una perspectiva más amplia sobre la dinámica de género. Si bien no se trata directamente de juegos románticos, su experiencia destacó las diferentes expectativas y percepciones que enfrentan hombres y mujeres, lo que sugiere que algunos de estos comportamientos podrían tener sus raíces en roles sociales aprendidos.
El acto de "damisela en apuros", a menudo asociado con mujeres que se presentan como indefensas para obtener ayuda, también puede tener su contraparte en los hombres. Aunque menos obvio, los hombres podrían minimizar sus habilidades en ciertas áreas, creando una oportunidad para que otra persona intervenga y ayude, fomentando potencialmente una conexión a través de la actividad compartida o la competencia percibida. Sin embargo, al igual que la damisela en apuros abierta, esto puede percibirse como manipulador si se convierte en una estrategia constante.
Incluso algo tan aparentemente inocuo como una respuesta de texto tardía puede convertirse en parte de esta intrincada danza. Una brecha deliberada de dos horas (o más) en los mensajes de texto, ya sea iniciada por una mujer o un hombre, puede interpretarse de varias maneras, desde una ocupación genuina hasta un intento calculado de crear anticipación. La ansiedad que esto puede inducir subraya las sutiles dinámicas de poder en juego, donde el control sobre el flujo de comunicación puede influir inadvertidamente en el estado emocional de la otra persona.
En última instancia, si bien estos "juegos" pueden ser parte de las etapas iniciales de la atracción, a menudo impiden el desarrollo de una conexión genuina. Las relaciones saludables prosperan en la vulnerabilidad, la comunicación abierta y la autenticidad. Quizás, al centrarnos en la expresión clara de interés, la comunicación honesta y el respeto mutuo, podamos ir más allá de estas maniobras estratégicas y cultivar relaciones construidas sobre la confianza y la comprensión genuina, en lugar de las arenas movedizas de los juegos calculados.
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