@franciscojtovar
FÍJATE BIEN

Fíjate bien dónde pisas
"Ninguna persona de bien llega a tu vida con la mano estirada pidiendo; viendo que se puede llevar; que puede conseguir"
Cualquier recurso o atributo debe ser bien administrado incluyendo la generosidad y la buena voluntad. Esto implica desarrollar la capacidad de leer las personas, lo cual realmente significa leer sus actitudes y acciones.
Por ejemplo, las personas bien intencionadas se caracterizan por dar con sus palabras, dar con sus gestos, dar con su lenguaje corporal y dar con sus actitudes. Es decir, no vacilan en hacer un cumplido o brindar una palabra de apoyo, un gesto, un abrazo, una sonrisa o ¿por qué no? un préstamo en metálico cuando alguien verdaderamente lo necesita. Estas son las personas que suman, personas generosas y las que simplemente saltan a la vista sin tener que auto promoverse.
Por otro lado, las personas a las que debemos mantener a raya son precisamente las que exhiben los rasgos opuestos. Son personas que no sólo se rehúsan a dar, sino que están empeñadas en tomar todo cuanto puedan sin la menor intención de retribuir nada. Es muy fácil protegerse de este tipo de personas. Simplemente identifica los siguientes rasgos y lograrás evitar pequeñas, medianas y hasta gigantescas desilusiones, sin mencionar verdaderos peligros potenciales:
1) Ninguna persona de bien llega a tu vida con la mano estirada pidiendo; viendo que se puede llevar; que puede conseguir.
2) Ninguna persona de bien tiene siempre en la punta de la lengua un comentario hiriente, ofensivo o irrespetuoso, presto a disfrazarlo como “sinceridad”. De hecho, ese es el mantra de los venenosos “yo soy muy sincero”, “yo soy muy sincera”. Sabemos que lo que viene después de semejante declaración es cualquier cosa excepto algo positivo. Por increíble que parezca, muchas personas, sin que medie la más mínima compasión, son capaces de saludar a alguien con un insulto, descalificación, o un comentario negativo: “Estás calvo”, “Qué fea estás”, “Tienes la cara llena de barros”.
3) El lenguaje corporal, el cual según los expertos envía más del 90% del mensaje y, curiosamente, cerca del 90% las personas suelen descuidar, es responsable de muchos sinsabores y desavenencias. El ceño fruncido en una reunión, la boca torcida al llegar alguien al sitio de encuentro, los ojos volteados hacia arriba, ante un comentario en particular, son señales propias de quienes no cultivan su mundo interior y por ende no logran desarrollar su empatía.
"Las personas bien intencionadas se caracterizan por dar con sus palabras, dar con sus gestos, dar con su lenguaje corporal y dar con sus actitudes"
En definitiva, trascender la limitación de brindar mayor atención a las palabras y comenzar a otorgar extremo cuidado a las actitudes contribuirá, en gran medida, a desintoxicar tu entorno y mejorar el ambiente en tu casa, trabajo y cualquier espacio dónde hagas vida. Aprendamos a separar el azúcar de la sal.