top of page
  • Writer's picture@franciscojtovar

COMPLEMENTARIOS, NO ANTAGÓNICOS


Tu otra mitad no ve y no tiene porqué ver el mundo tal como tú lo ves


Fotografía cortesía de Alex


Cuando se trata de amar; sólo piensa en el otro


"Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar ambos en la misma dirección" - Antoine de Saint-Exupéry

¿Por qué rayos damos por sentado que el sexo opuesto debería comportarse como nosotros? Queremos que "quieran lo que queremos" y "sientan lo que sentimos". Asumimos erróneamente que si nuestras parejas nos aman, reaccionarán y se comportarán de cierta manera: tal como nosotrs reaccionamos y nos comportamos cuando amamos a alguien. Muchas de las actitudes de nuestra pareja son tan diferentes a las nuestras que automáticamente comenzamos a pensar que están mal de la cabeza. Sin embargo, las diferencias, al ser comprendidas y respetadas, lejos de separarnos, nos complementan, como si fueran dos piezas de un rompecabezas que, precisamente por ser diferentes, encajan una en la otra. En otras palabras, las diferencias son necesarias para una vida plena y feliz en pareja. Probablemente, al pensar en lo que está mal, has estado considerando que el producto está defectuoso, cuando en realidad lo que deberías hacer es leer el manual. No te apresures a tirar la toalla con tu esposa, esposo, novia o novio. Lo más probable es que el problema se deba a la ignorancia de cómo funciona el sexo opuesto. Las formas de pensar, hablar, ver, sentir y experimentar el mundo, por parte del hombre y la mujer, no son opuestas sino íntimamente complementarias. El hombre funciona de una manera y la mujer de otra; comprender este principio conduce a la tolerancia y la paz. Ciertamente, es más fácil decirlo que hacerlo. El Dr. Myles Munroe, célebre conferencista y reconocido autor, señala en su best-seller "Comprender el propósito y el poder de la mujer" las necesidades fundamentales de cada miembro de la pareja: el hombre requiere respeto, compañía y admiración, la mujer anhela amor, protección y cuidado. Esto nos muestra que, contrariamente a las creencias generalizadas y los condicionamientos sociales de hoy, el equilibrio no está necesariamente dado por la igualdad, sino por la complementariedad; producto de la desigualdad natural entre ambos sexos.

Estas diferencias no solo son observables a nivel biológico, emocional o intelectual; existen diferencias de carácter social que tienen que ver con el rol de hombres y mujeres; mismos que, sin duda, suponen hoy en día una cuestión de amargas diferencias en la pareja, ya que el papel de proveedor de la familia, por ejemplo, clásicamente asignado al hombre, lo desempeñan actualmente muchas mujeres con igual o mayor capacidad; afectando, de alguna manera, la valoración que el varón hace de sí mismo.


"El hombre funciona de una manera y la mujer de otra; comprender este aparentemente obvio principio conduce a la tolerancia y la paz"

La dinámica y el pragmatismo actuales obligan a los individuos a asumir el papel que deben asumir para salir adelante o resolver problemas. Desde mi experiencia, al crecer en un contexto latino, pude presenciar cómo la gran mayoría de mujeres asume el rol de cabeza de familia en ausencia del hombre. Es poco probable que quieran asumir tal responsabilidad, sin embargo, no siempre se puede elegir. Pero, ¿qué pasa cuando una de esas aguerridas mujeres que trabaja, compra la bombona de gas, lava, cocina, plancha, cuida a los niños, cambia bombillas y repara la ropa que gotea encuentra pareja? ¿Cómo se siente el hombre ante una imagen así? La respuesta es muy simple: se siente inútil y eso afecta su autoestima.





Fragmento de mi libro de próxima publicación "Así Trabajamos (Manual práctico para la pareja del siglo XXI)" © 2020 Francisco J. Tovar - Todos los derechos reservados

11 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page